Hoy en día, el concepto “patchwork” no solo hace referencia a las típicas mantas hechas con piezas de tejidos de colores y estampados variopintos, confeccionadas a mano y con gran dedicación. El “patchwork” ha llegado mucho más lejos, hasta convertirse en un auténtico estilo de decoración que cada vez goza de mayor popularidad y aporta un toque colorido allá donde se use.
El término “patchwork” se conoce en español como almazuela. Se refiere a una técnica de confección en la que se aprovechan los restos de tejidos de distintos colores y estampados para crear una nueva pieza de tela. Se trata de una auténtica obra de artesanía cuyo resultado son las conocidas telas hechas de parches. De hecho, la palabra inglesa “patchwork” significa literalmente ni más ni menos que “tela de parches”.
Al oír la palabra “patchwork”, probablemente a más de una y a más de uno le venga a la mente la década de los años setenta del siglo pasado: hippies, paz y amor, flower power, pantalones acampanados y vestidos de parches de colores. Sí, es innegable: el remolino de colores y la versatilidad del patchwork tuvieron una gran influencia en el estilo de aquellos años. Sin embargo, esta técnica no se originó mientras rodaban “Saturday Night Fever”, ni en la pista de una discoteca, sino que se remonta a tiempos mucho más pretéritos. La primera obra de patchwork que se conoce se confeccionó en Egipto, con piel de gacela... ¡alrededor del año mil antes de Cristo! Desde allí, se extendió hasta lo que hoy en día es Europa. Mucho más tarde, las damas inglesas y las colonizadoras americanas hicieron evolucionar la técnica y usaron el patchwork para fabricar mantas y las clásicas colchas de colores.
Hoy en día, el patchwork es mucho más que un estilo para fabricar mantas y otros textiles del hogar: se ha convertido en una auténtico estilo de decoración de interiores. Prácticamente se pueden adquirir todo tipo de piezas de mobiliario decoradas al estilo patchwork: sillas, sofás, cojines. Un estilo ecléctico y colorido que aporta creatividad allá donde alcance. Además, se trata de un diseño prácticamente ilimitado porque, precisamente, a la hora de diseñar muebles “con parches” de tela se sigue una premisa muy clara: creatividad al poder.
Además, el estilo patchwork no solo se limita a unas pocas piezas de mobiliario. Al contrario, la máxima expresión del estilo patchwork es un espacio creado a partir de la mezcla de muebles y decoraciones de varios estilos que, en combinación, crean un todo hecho de muchos pequeños trozos: una gran tela hecha de pequeños parches de colores.
El estilo patchwork no conoce reglas y se caracteriza por romper con las normas de todo tipo de estilos y corrientes como, por ejemplo, del minimalismo. Por así decirlo, mientras que algunos estilos, como el minimalismo, se caracterizan por unos principios como la sobriedad de las formas y las paletas de colores monocromáticas, el estilo patchwork nos anima a obviar todo principio y toda norma y a abrir la puerta de nuestro hogar a un delicioso caos de colores.
Para algunos, la estética del patchwork tal vez sea realmente un tanto caótica, pero es el verdadero reflejo del inconformismo y de la extroversión, de las mentes amantes de la libertad y el color.
Una de las principales características de los accesorios al estilo patchwork es la variedad de colores y de estampados que presentan. No pasan desapercibidos, en definitiva. Así, pues, son elementos perfectos para aportar un toque de color o como foco de atención en entornos de decoración más sobria. Podemos verlo así: un salón diseñado al estilo minimalista, con paredes blancas y luminosas, y decorado con muebles claros y de líneas rectas y definidas. Y, en medio de este espacio armónico y discreto, un sillón con tela confeccionada con la técnica patchwork. Una fuente de vida y de color en medio de un mar de calma.
Como decíamos, la clave del estilo patchwork es, probablemente, no ceñirse a ningún tipo de premisa. Así que a la hora de elegir el mejor revestimiento para el suelo de un entorno tan “rebelde” tampoco podemos pretender que haya ningún tipo de norma o de indicación. Un parquet de roble oscuro puede ser tan apropiado como un suelo de diseño de un tono claro. La originalidad estriba, precisamente, en dar con una mezcla única y perfecta entre el suelo y los elementos decorativos.
Quien prefiera un entorno más armónico, puede elegir un suelo que combine con la familia de colores de los muebles al estilo patchwork. Sin embargo, un suelo claro también puede ser una buena opción si lo que se pretende es que contraste con los muebles de colores. De hecho, un suelo claro puede ser una plataforma neutra excelente para que la colorida y variopinta estética patchwork despliegue todo su potencial. ¿Qué debemos tener en siempre cuenta? En el estilo patchwork vale todo.
