El cobre es uno de los materiales que acompañan a la humanidad desde hace miles de años. El Neolítico se cerró con la denominada Edad del Cobre, una época en la que el hombre descubrió el metal como material y como un bien valioso económicamente, e investigó cómo trabajarlo de manera profesional. Dado que el inicio de la Edad del Cobre dependió, entre otras cosas, de la disponibilidad local del material y del progreso tecnológico de cada cultura, este periodo varía. Mientras que en Oriente Medio y Asia Menor el cobre se empezó a utilizar pronto (los hallazgos de cobre más antiguos datan de unos 8000 años a. C.), este metal se utilizó relativamente tarde en Europa central; aquí la Edad del Cobre se sitúa «solo» entre el 4300 y aprox. el 2200 a. C. El representante más conocido de la Edad del Cobre es Ötzi, conocido como la momia del «hombre de hielo», que murió aprox. en el 3300 a. C. y en quien se encontró un hacha de cobre casi completamente conservada.
Desde siempre el cobre ha sido muy apreciado por sus buenas propiedades de manipulación y siempre se ha utilizado de varias formas:
El estilo industrial, que vuelve a ganar adeptos desde el cambio de milenio, ha popularizado el cobre en la vivienda. Desde lámparas de cobre hasta baterías de cocina y vajillas: no existe apenas ningún objeto que no pueda fabricarse con este metal. Para completar el estilo industrial, este material a menudo posee un aspecto basto y sin tratar, con una superficie mate, diferencias de color y la impresión general de ser un trabajo artesanal antiguo y de calidad.
Los amantes del estilo escandinavo también saben que los elementos en color cobre son un parte fundamental del estilo nórdico. Quien esté buscando jarrones, muebles o luces que combinen, habitualmente se topará con este color brillante; la razón por la que este metal es tan popular puede residir en las combinaciones de colores habituales del diseño escandinavo. Los colores claros y acogedores forman la base estética del Hygge y otros estilos, y realzan especialmente bien los elementos en rosa dorado. A diferencia de lo que ocurre en la decoración de estilo industrial, en este caso los objetos de cobre tienen formas geométricas y contornos más finos.
Aun siendo muy llamativos, el cobre y el rosa dorado admiten una gran variedad de combinaciones con otros colores. En cualquier caso, lo importante es no perder de vista que menos es más. La mejor forma de resaltar este llamativo metal es reservándolo para toques cuidadosamente seleccionados. Incluso los amantes de este estilo corren el riesgo de cansarse rápido del él si su propia casa está sobrecargada de elementos de color cobre.
Si es su primera incursión en una decoración con cobre, es posible que tenga miedo de saturar visualmente la habitación y crear una imagen de conjunto algo «cursi». He aquí un resumen de consejos y reglas para utilizar el cobre y el rosa dorado: