Tanja, autora del blog cocojana.de, vive en un hogar donde un color prima por encima de los demás. Desde los muebles hasta la chimenea, pasando por las alfombras y todo tipo de textiles (¡incluso el perro!): todo es blanco. En esta Homestory, Tanja nos cuenta por qué no fue nada fácil encontrar el suelo apropiado.
¡Hola a todos! Me llamo Tanja y soy la autora del bloc wohnkonfetti.de. Este es Cooper, mi perrito, un westie.Estoy encantada de poderos enseñar algunas fotografías de mi casa, que acabo de renovar.
Como podéis ver, me encantan los diseños en color blanco. Me gustan los entornos minimalistas, ligeros, y me encanta combinar muebles modernos con accesorios más viejos, casi antiguos. Mi pieza favorita, por ejemplo, es el jarrón antiguo que se puede ver en la imagen superior.
Se puede decir que mi preferencia por el blanco se puede aplicar a todo tipo de accesorios. Por este motivo fue fácil elegir qué chimenea quería para mi casa: una chimenea blanca. Así, pues, decidí instalar dos chimeneas de color blanco; una en el salón y una en el dormitorio, cosa que no es muy habitual en Alemania.
Me hacía muchísima ilusión instalar suelo de parquet blanco. Y puede parecer fácil, pero no lo es en absoluto. ¿Por qué? Os lo cuento.
Arrancar las baldosas, el suelo laminado y las paredes intermedias requirió de un poco de trabajo, pero fue rápido y sencillo; preparar el suelo para dejar una superficie completamente llana, tampoco fue excesivamente difícil. Sin embargo, encontrar el suelo adecuado fue una auténtica odisea.
Yo decía: «Quiero un suelo de parquet blanco. Totalmente blanco.» Y todos se me quedaban mirando extrañados. Al final, me di por vencida y decidí que instalaría un parquet de roble sin tratar y lo pintaría de blanco. Afortunadamente, un experto me lo desaconsejó rotundamente. Parece ser que los taninos y los plastificantes que contiene la madera no tratada podrían ocasionar manchas amarillentas. Así, pues, dejé correr la idea.
Entonces se me apareció. Un día, fui a una tienda especializada en la que tenían una gama de productos muy extensa y lo vi clarísimo. El suelo de parquet de madera de roble blanco polar de MEISTER. ¡Tenía que ser este y ninguno más! Este era el suelo que siempre me había imaginado.
Luego llegó otro aspecto importante: la calefacción por suelo radiante. Como tengo calefacción por suelo radiante instalada en toda la casa, quería asesorarme bien sobre el producto y conocer bien las propiedades de este suelo tan magnífico que había descubierto. Al fin y al cabo, el suelo radiante no se lleva bien con cualquier suelo y ni hablar de los que están hechos de madera genuina. Sin embargo, el suelo de parquet de MEISTER sí es compatible con la calefacción por suelo radiante, así que decidimos instalar este parquet blanco precioso en todas las habitaciones salvo el baño.
Un año después y habiendo usado la calefacción durante algunos meses os puedo asegurar que lo aguanta perfectamente. Volvería a tomar la misma decisión mil y una veces más. Personalmente, me encanta la calidez que irradia el parquet y, como bien podéis ver, a Cooper también.
Aquí se puede ver el dormitorio. En el piso superior también tiramos los tabiques al suelo y, de esta manera, logramos una mayor sensación de amplitud.
El vestidor es de concepto abierto y dentro solo hay un par de cómodas y percheros estilo minimalista.
Y, finalmente, el corazón de mi hogar: la cocina. Decidimos retirar los tabiques que había y conseguimos crear una cocina con una gran isla en el medio. Fue mucho trabajo, pero ha valido la pena porque ahora vivo en la casa de mis sueños.