Sandra, Wolfgang y su hija, Klara, viven una casa construida hacia el año 1935 en el antiguo poblado ferroviario de la ciudad alemana de Paderborn. Cuando nació la pequeña, en 2018, Sandra y Wolfgang tuvieron la idea de ampliar la vieja vivienda y añadir un espacio anexo. Dicho y hecho. Los tres se pusieron manos a la obra y ellos mismos instalaron el suelo de Lindura en la nueva habitación.
Sandra y Wolfgang querían que Klara tuviese su propio cuarto lo antes posible, así que necesitaban más espacio. Sin embargo, tan solo podían jugar con los 180 m2 de la planta baja del edificio porque los dos pisos superiores están alquilados. Sin embargo, antes de que la más joven de la familia pudiera mudarse a sus nuevos aposentos, la pareja tuvo que trabajar intensamente porque su cuarto estaba proyectado en el nuevo espacio anexo de la casa. “Recolocamos toda la casa: queríamos trasladar la cocina y el comedor al espacio que ocupaba el salón y el salón, al nuevo anexo. Así, el cuarto de Klara pasó a ocupar el antiguo lugar de la cocina”, explica Wolfgang repasando una remodelación compleja, pero bien pensada. Gracias a esta nueva distribución, la cocina y el comedor ganaron acceso directo a la terraza, igual que el salón construido en el anexo, que cuenta con un ventanal de cuatro metros y con una puerta que da directamente al jardín. “Es una distribución ideal”, opina Sandra, que se dedica a la gestión de proyectos en una agencia de comunicación y sabe muy bien lo que es trabajar a contrarreloj para encontrar soluciones óptimas para todo tipo de retos.
A la hora de dividir el espacio durante la primera fase de la planificación, trazaron los planos una y otra vez, pero a la hora de elegir el suelo, lo tuvieron clarísimo. “Cuando tuvimos todas las opciones encima de la mesa, lo tuvimos claro de inmediato: queríamos un suelo de madera Lindura de MEISTER“, recuerda Sandra. Este suelo de MEISTER cumplía todos los requisitos que ella y Wolfgang querían que tuviera el nuevo suelo. Son muy amantes de la naturaleza y, además, en el resto de habitaciones de la vivienda querían dejar los viejos tablones de los años treinta, así que el nuevo revestimiento para el suelo tenía que ser de madera. Asimismo, debía ser un revestimiento resistente y fácil de cuidar porque, además de Sandra, Wolfgang y Klara, la familia tiene otro miembro: el gato Paul. El suelo, pues, tendría que aguantar lluvias de cochecitos de juguete, tormentas de piezas de Lego... o unas patitas furtivas entrando y saliendo del jardín sin limpiarse. Además, para que nadie tuviera frío en los pies o en las patitas al jugar o al rondar por casa, querían instalar calefacción por suelo radiante. Y de ser posible, Sandra y Wolfgang querían colocar el suelo ellos mismos.
Elegir el color del suelo, sin embargo, no les resultó nada fácil. Los viejos tablones de las otras habitaciones tienen más de 80 años. Con el paso del tiempo, los suelos de madera adquieren su propio carácter y es imposible lograr una estética idéntica, ni siquiera eligiendo un color prácticamente igual. Así, pues, Sandra y Wolfgang reconocieron que intentar emular el mismo efecto del suelo antiguo quedaría en un intento fútil y probablemente fallido, y optaron por hacer una visita al distribuidor especializado Kuhlpeter KG, en Paderborn, para ver qué podían hacer. Allí pudieron ver de primera mano qué opciones les ofrecía la gama de productos de madera Lindura. “Nos asesoraron muy bien y la verdad es que nos ayudaron mucho.” Tras hablar con un especialista y echar un último vistazo a la página web de MEISTER, abandonaron la idea de encontrar una madera similar al suelo antiguo y apostaron por el suelo de madera Lindura 8742 Roble auténtico blanco lavado. “Nos gustan los espacios luminosos y la combinación aporta mucha vitalidad”, explica Sandra. “Además, contrasta de manera muy interesante con el suelo antiguo.
“El asesor que tuvimos en el distribuidor nos dijo que, por poco mañosos que fuésemos, podríamos instalar el suelo nosotros mismos”, explica Wolfgang. Y como Sandra y Wolfgang son un par de valientes, se atrevieron a hacerlo. Además de trabajar de fotógrafo, Wolfgang se dedica a reparar elegantes coches de época, así que pericia técnica no le falta y habilidad con las manos, tampoco. Sin embargo, antes de desenvolver los tablones de madera, primero tuvieron que recubrir el suelo con una capa de aislamiento acústico. Para ello también recurrieron a un producto de MEISTER: el material de base MEISTER Silence 15 dB. Fueron rápidos y eficientes: en menos de una hora, midieron el espacio, cortaron los 27 m2 de lámina aislante necesarios para cubrir exactamente toda la habitación, la extendieron y la pegaron.
Siguiente paso: desempaquetar los tablones de madera Lindura. Para instalar el suelo de madera Lindura, Sandra y Wolfgang siguieron las instrucciones disponibles en línea. “En estos vídeos explican paso a paso cómo se instala correctamente el suelo; es realmente fácil”, cuenta Wolfgang, entusiasmado. Gracias al sistema clic Masterclic Plus, los tablones encajan perfectamente los unos con los otros. Al milímetro. “Cuando le coges el tranquillo, resulta muy fácil”, añade. Eligieron un suelo hecho a base de dos tablones distintos: tablones anchos y estrechos colocados de manera intercalada. “De esta manera todavía logramos un efecto todavía más dinámico”, explica Sandra, que se informó previamente acerca de las múltiples opciones de colocación.
Una vez el nuevo anexo de la vivienda tuvo el suelo bien colocado, llegó el momento de poner los rodapiés para darle un acabado final y crear una transición atractiva entre el suelo y la pared. Sandra y Wolfgang optaron por el modelo PK-9 de MEISTER en color blanco y con perfil angular, y no solo quisieron instalarlo en el anexo, sino también en el resto de la vivienda. Con ello, quisieron dar un elemento estético común a todo el piso. Instalar el rodapiés fue, literalmente, cosa de niños: fue tan fácil que Klara participó activamente. Para colocarlo, la más joven de la familia se encargó de poner cuidadosamente el clip de sujeción en el espacio vacío entre la pared y el suelo. Además, como los rodapiés no se pegan, sino que se instalan con un sistema clic, se pueden retirar fácilmente en cualquier momento. “Es muy práctico. En nuestro caso, por ejemplo, el electricista tuvo que arreglar algo a posteriori y como es tan fácil retirar los rodapiés, no fue ningún problema”, cuenta Wolfgang.
Cuando se dispusieron a colocar el revestimiento del suelo, Sandra y Wolfgang pensaban que los grandes ventanales del anexo, que llegan al suelo, serían un dolor de cabeza. “No teníamos claro si encontraríamos un buen acabado para el espacio entre el suelo y la ventana”, admita Sandra. Sin embargo, los listones terminales de MEISTER disiparon todos sus temores.
A la joven familia le bastó una tarde (incluida una pausa para el café) para colocar el suelo de madera Lindura con sus propias manos y para dar un paso más hacia su nuevo hogar. A la pequeña Klara le bastaron unos minutos para someter el suelo nuevo a su primera prueba de fuego: vamos, un par de botas llenas de barro no serán ningún problema, ¿verdad? “A nosotros nos bastó una bayeta húmeda para limpiar la suciedad de la madera. Si hubiese sido parquet, lo habría pensado dos veces”, explica Sandra. Así de fácil. Y una vez el suelo volvió a estar limpio, llegó el momento de traer los muebles al nuevo salón. Al final del día, Sandra, Wolfgang y Klara se dejaron caer en el sofá, agotados, pero satisfechos. Y Paul, acurrucado en su rincón, se alegró de que, finalmente, volviera a reinar calma en este hogar acogedor en el poblado ferroviario de Paderborn.