Sol, playa y las aguas turquesas el mar... ¿a quién no le gusta soñar con esas vacaciones? Sin lugar a dudas, países mediterráneos como Italia, España y Grecia se encuentran entre los destinos preferidos de turistas de todo el mundo. ¿Pero por qué desplazarse tantos kilómetros? Existen atractivos suelos que permiten diseñar el hogar al estilo mediterráneo y traerse la sensación de vacaciones a casa.
Al contrario de lo que mucha gente piensa, los interiores mediterráneos no tienen por qué limitarse a colores terracota y sombras. De hecho, ofrecen una auténtica fuente de inspiración donde encontrar ideas para un hogar dominado por colores luminosos. Entre los colores típicos del sur se encuentran tanto tonalidades de rojo, naranja y amarillo, como de azul, blanco y marrón. Cada color evoca un sabor vacacional distinto: los tonos azules representan el cielo ilimitado y el Mediterráneo, los blancos recuerdan a las nubes; las tonalidades de amarillo, naranja y rojo sugieren el sol radiante, los verdes traen a la memoria los frutos de los campos, los violetas huelen a campos de lavanda de la Provenza, los tonos marrones y terracota son la tierra fértil y los crema y arenosos aluden a magníficas playas.
La selección de colores no solo influye en el efecto estético de la habitación, también en el plano emocional de quien los observa:· tonos amarillos, naranjas y rojos: calidez, vivacidad, harmonía. Tonos azules: brillo, frescura. Tonos blancos: calma, suavidad, frescor. Tonos marrones: viveza, rusticidad.
La vivaracha selección de colores suele utilizarse sobre todo en paredes, aunque aplicada en accesorios y artículos de decoración también puede evocar las últimas vacaciones. Los tradicionales tonos terracota, marrón, crema y arena suelen preferirse como colores para el suelo. Esta paleta cromática permite poner exquisitos acentos que se integran perfectamente en un hábitat mediterráneo.
Quien desee disfrutar de una estética mediterránea dentro de sus cuatro paredes dispone de un sinnúmero de posibilidades de diseño. Desde artículos decorativos y mobiliario, hasta colores de pared y suelos: los amantes del verano pueden dar rienda suelta a su imaginación interiorista. Al hacerlo, no puede faltar un revestimiento de suelo que haga lucir al máximo la atmósfera sureña del hogar. Ya sea laminado, de parquet o piedra, el suelo es determinante para conseguir el efecto perseguido.
Trascurrido cierto tiempo los diseños de moda dejan de ser tendencia y deben cambiarse. Esto no solo afecta al bolsillo, sino también a los nervios. El estilo mediterráneo es diferente. Quien se decida por un suelo de este atemporal estilo, lo podrá integrar sin problemas en su hogar y disfrutar de él durante muchos años.
Cuando se busca crear una atmósfera mediterránea utilizando el efecto espacial es habitual recurrir a materiales naturales como la terracota o la arenisca. Sin embargo, existen alternativas con las que puede lograrse el mismo efecto: un suelo Nadura con cálido efecto de piedra arenisca abre las puertas del hogar a la estética del sur. No solo destila encanto sureño, sino que ofrece tanta resistencia como las baldosas de piedra o de cerámica. Este suelo lidia sin problemas con los rigores del día a día, sin importar de si se trata de un vaso de vino volcado o de la caída de un objeto duro. El suelo Nadura promete durabilidad y es fácil de cuidar. Este revestimiento de suelo que garantiza la sensación vacacional en casa está disponible en imitaciones de piedra arenisca en diferentes variantes cromáticas: desde claro hasta gris luminoso, pasando por gris beis.
Otro clásico de los revestimientos de suelo que puede aportar aires mediterráneos con éxito es el suelo de parquet, en sus variantes de madera auténtica de roble y arce, así como en colores claros como el crema, por ejemplo.
Quien prefiera un estilo mediterráneo más rústico acertará eligiendo un parquet de roble de color marrón oliva. Un suelo de diseño rústico combinado con los típicos acentos mediterráneos (como el mobiliario de nogal, olivo, roble o pino y un color de pared blanco) crea una atmósfera cálida y agradable. Ofrece además una limpieza y un cuidado sumamente fáciles y poco laboriosos.
Con una calefacción de suelo radiante, que se integra sin problemas debajo de un suelo de parquet, los pies nunca llegarán a estar fríos durante los meses invernales. Una solución perfecta para quienes no quieran prescindir del sol meridional en la época más fría del año.
