"¡Vuela conmigo alrededor del mundo!". Así invitó Aladdín a la princesa Jasmín a aventurarse con él en un sueño de mil y una noches. Quien quiera disfrutar del mágico encanto de Oriente sin tener que abandonar sus cuatro paredes, puede vestir su hogar de estilo oriental utilizando medios muy sencillos.
Estrechas callejuelas repletas de gente, olor a diferentes especias en el aire, vendedores ofreciendo su fruta fresca. Un puesto más allá, oriundos regatean con el comerciante de túnica ancha y blanca el mejor precio para una colorida alfombra tejida a mano que servirá de decoración para una pared. Escenas como esta, típicas en Oriente, han tenido siempre un efecto fascinante para el visitante occidental. Quien busca algo exótico gusta de viajar a uno de los países del mundo árabe, pues no solo su manera de vivir, sino también la forma de decorar es muy diferente a la nuestra. Quizás esa sea la razón por la que nos gusta traernos a casa una pieza de esa cultura del interiorismo: porque nos hace soñar sobre ese inspirador mundo que conocimos en nuestras vacaciones y que hemos interiorizado como místico y mágico gracias a Las mil y una noches.
Hacen falta unos pocos detalles para traerse el especial encanto oriental al hogar. Son típicos, por ejemplo, los vasos para velas de té de colores y los portavelas decorados con ornamentos. Colocados sobre una bandeja plateada, dorada o cobriza son perfectos para este tipo de ambiente y emiten una luz muy agradable. Igual de auténtica puede resultar una tetera marroquí en una mesa auxiliar acompañada de sus vasos correspondientes, si es posible de cristal, plata o cobre. Para conseguir el efecto deseado también pueden utilizarse jarrones y cuencos de dichos materiales, siempre, eso sí, con la característica forma abombada del estilo árabe. Esta misma estética siguen también las lámparas orientales. Ya sean para colgar, para la pared o farolillos, prácticamente todos los modelos presentan las típicas curvaturas. Los espejos con ornamentos en el marco no solo sirven para ver el reflejo de uno mismo, sino que son excelentes elementos decorativos para el baño, el dormitorio, el pasillo o el salón. Quien siga estos consejos de decoración oriental en su hogar habrá dado un gran paso en dirección a Oriente.
Otra característica de los espacios interiores orientales es el uso de coloridos pañuelos para decorar. Las telas orientales con patrones geométricos o arabescos son perfectas para aderezar un hogar al estilo de las historias de Aladdín. Existen un sinnúmero de posibilidades. En el dormitorio, por ejemplo, pueden utilizarse los pañuelos a modo de colcha para la cama. Si se conjuntan con cojines de colores se conseguirá la estética deseada en un abrir y cerrar de ojos. Quien disponga de espacio suficiente, también puede utilizar un pañuelo como decoración mural. Lo mismo puede hacerse en el salón, contando que haya una pared libre. Este tipo de telas también son magníficas para adornar el sofá: solo tiene que cubrirlo por completo con el pañuelo y el mueble ya adquiere otro look.
A muchas personas al pensar en Oriente les vienen a la mente colores como el dorado, el cobre, la plata o diferentes tonos marrones o rojizos. Pero Oriente es mucho más colorido. Así pues, quien decore su vivienda al estilo oriental puede dejarse llevar según su gusto más personal: abigarrado o sobriamente blanco en combinación con plata y unos pocos toques de color. Esta última sería una interpretación moderna del estilo de decoración marroquí.
Las mismas reglas sobre colores y patrones pueden aplicarse al elemento clásico de la cultura árabe: la alfombra. Ataviada de composiciones florales o formas geométricas, puede utilizarse perfectamente como decoración mural en lugar de un pañuelo. Ahora bien, una alfombra oriental colocada en el suelo no tiene contrincante entre los accesorios decorativos de esta estética. El suelo idóneo para que luzca al máximo este tipo de alfombra depende de su color. Si el suelo es claro, como por ejemplo el suelo laminado Roble Bayfield 6679, una alfombra en tonos oscuros garantizaría un intenso contraste. A quien le guste decorar tono sobre tono, mejor que coloque una alfombra así sobre un suelo oscuro, como el suelo de madera Lindura Nogal americano vivo 8912. Los suelos de madera tienen por naturaleza un atractivo acogedor, que puede reforzarse todavía más con una alfombra. Además de alfombras, las baldosas con patrones colocadas en paredes y suelos también pueden aportar el deseado sabor oriental. Por cuestiones prácticas son idóneas para instalar en el baño y la cocina, principalmente. Además no es necesario volver a embaldosar, pues hoy en día ya existe un amplio abanico de láminas y adhesivos para recubrir azulejos de forma sencilla con los motivos que se quiera.
A quien no le basten unos pocos acentos decorativos, puede recurrir a mobiliario de estilo oriental. Este tipo de muebles, como mesas o armarios, suelen estar fabricados de madera y adornados con finas tallas. Al igual que los biombos, que constituyen elementos decorativos magníficos para separar espacios en el dormitorio o el salón. Los sofás del mundo árabe suelen ser más bien bajos y muy cómodos gracias a los abundantes cojines. Un tipo de asiento característico de Oriente es el puf: un cojín especial para sentarse revestido de cuero o tejido. Aunque los tradicionales cojines con patrones de colores también sirven para descansar al estilo de Las mil y una noches. Y donde las personas se sientan suele haber una mesa. El abanico de productos con look oriental para nuestro hogar es verdaderamente variado. Mesita de salón o auxiliar, pequeña y redonda o grande y cuadrada. La consigna es la siguiente: lo importante es que tenga ornamentos.
Bildnachweise: ©Eduardo C, Li Yang, Martin Zangerl, Rachel Magpayo (unsplash.com)